En esta sección compartimos nuestro conocimiento sobre las emociones, cómo nos afectan, y cómo podemos aprender a controlarlas a ellas para que no nos controlen a nosotros.
Una crisis es un estado transitorio de malestar intenso en donde hay dificultades para abordar la situación utilizando los métodos acostumbrados o conocidos. Las crisis se experimentan como situaciones a corto plazo en donde la resolución aparece como algo urgente e impostergable.
Lo primero que debes considerar es si se trata de un problema que puedes resolver en ese mismo momento: 1) Resuelve el problema si es posible; 2) Si no es posible, entonces sobrellevá la crisis de la mejor manera posible.
Las emociones son experiencias múltiples: esto quiere decir que están conformadas por reacciones fisiológicas, neurobiológicas, sensaciones corporales y también pensamientos. Todos estos fenómenos constituyen una respuesta emocional.
Entender tu respuesta emocional ante distintos eventos ayudará a disminuir la intensidad de tus emociones y a poder escuchar lo que tienen para decirte.
Todas las personas tenemos la capacidad de sentir las mismas emociones. Las emociones impulsan la acción, nos ahorran tiempo y nos ayudan a superar obstáculos.
Las emociones fuertes nos ayudan a superar obstáculos, y nos ahorran tiempo de reacción (no tenemos que pensarlo siempre todo).
Nuestras expresiones faciales y postura corporal cuando estamos experimentando una emoción comunican más rápido que las palabras e informan a los demás cómo nos sentimos.
Las emociones nos señalan las cosas que nos agradan y las que no y son señales de que algo está ocurriendo que de alguna manera nos importa.
Los hechos son aquellas cosas que efectivamente suceden en una situación. Nuestras emociones son una respuesta a dicha situación y pueden variar de persona a persona.
Cuando nuestras emociones nos llevan a ignorar los hechos puede ser un problema. Las emociones pueden ser muy útiles si nos llevan a chequear los hechos de una situación.
Identificar qué emoción estamos sintiendo ayuda a disminuir la intensidad emocional
Una forma de entender tus emociones es identificando los siguientes factores:
Las experiencias emocionales son transitorias y siempre que empiezan, terminan.
Todas las respuestas emocionales tienen un desencadenante, algo que las provoca. Identificarlo ayuda a entender las emociones.
Cuando alguien está sintiendo una emoción, puede notar cambios en las sensaciones corporales. Conectá con tu cuerpo cuando estés experimentando una emoción y notá en dónde esa sensación se hace más presente.
Todas las emociones tienen un sentido para quien las experimenta y dependen de muchos factores como la historia de cada uno y las cosas que están ocurriendo en el momento.
Podemos sentir miedo aún cuando no hay una amenaza sucediendo o enojo aún cuando alguien está intentando ser amable. Identificar los hechos primero en la situación es una buena forma de distinguirlos de nuestras emociones y suposiciones.
Las habilidades de tolerancia al malestar ayudan a poder sostener las emociones dolorosas sin empeorar el momento.
En momentos de intenso malestar y cuando no podemos resolver el problema en ese momento distraerse puede ser útil para regular las emociones
Poder encontrar modos de darnos calma a nosotros mismos es útil en momentos difíciles
Buscá cosas (texturas, música, sensaciones, lecturas) que te ayuden a auto-calmarte
Así como las emociones generan cambios corporales, los cambios corporales también influyen sobre las emociones (el frío o el calor, por ejemplo, pueden influenciar tu experiencial emocional)
Hay muchas formas de mejorar un momento difícil, es importante que encuentres las tuyas practicando: imaginar situaciones diferentes; alentándote a vos mism@; rezar o practicar algo espiritual; realizar una práctica de relajación; encontrar algún significado a lo que está ocurriendo; focalizar tu mente sólo en el presente; darte un rato diferente a vos mism@.
Aceptar la experiencia emocional implica poder permanecer junto a ella sin tener que sacártela de encima inmediatamente, intentando conocerla con curiosidad, escuchando lo que tiene para informarte y respetando esa emoción en el momento presente para poder elegir luego qué acción tomar.
Nuestras conductas tienen eventos que las generan y consecuencias. Si podemos identificarlos, eso nos dará la pista de qué función vienen a cumplir. La función se refiere al sentido que tiene esa conducta en ese contexto en el que ocurre, el cambio que genera en vos y en los demás. Algunas conductas problemáticas (como las conductas de auto-daño) tienen la función de aliviar el malestar en el momento. El problema es que no suelen resolver las cosas a largo plazo y muchas veces incluso las empeoran.
Notá la intención y luego el efecto que tiene en vos y en los demás la conducta. Evaluá si el efecto que tiene sirve para lograr la intención a largo plazo. Evaluá si es la conducta más efectiva que tomar en este momento.
Una de las formas de sentirte menos vulnerable es manteniendo una rutina de sueño y alimentación balanceadas. Dormir o comer mal incrementan la vulnerabilidad a las emociones “negativas”.